sábado, 26 de febrero de 2011

Reflexiones antes del rodaje...

A un mes del rodaje más importante de mi trayectoria de cortometrajes, me siento con una energía tremenda para llevarlo a cabo, pero contrariamente me invade una sensación de agotamiento ante el esfuerzo que esto conlleva. La presión de no defraudar a todos los que me ayudan y la de superar todos los trabajos anteriores. Te lo replanteas todo, has acertado eligiendo esto y no lo otro, tienes una perspectiva correcta de todo el cortometraje, está bien planteado el ritmo, el tono, la estética... Un gran puzzle de planos, personas, localizaciones y efectos que no conocerás al 100% hasta que lo edites.

Pero pase lo que pase, estoy disfrutando enormemente del lujo de poder llevar a cabo mi pasión, y que haya gente que confía en mi y me ayuda para conseguirlo. A todos ellos les doy mil gracias, por hacerme feliz y hacer mis locuras realidades. En este caso las locuras son unos hombres lobos.

Unas criaturas que me han acompañado desde que de pequeño vi "Un hombre lobo americano en Londres" junto a mis padres y mi hermano, que tuvo pesadillas con la película las siguientes semanas. Para mí esa película fue un descubrimiento del cine, y quedó grabada a fuego en mi mente. Unos años después, por 1995, realicé uno de mis primeros cortometrajes, y como no, versaba sobre unos hombres lobos. Participó toda mi familia, desde mis primos, tíos, hermanos y hasta mi padre. Lo pasamos de miedo. Esto me llevó a pensar que algún día podría hacer un cortometraje más en serio, de ese mismo tema. Y ahora, 16 años después, voy a realizar "Zona de Caza". Un cortometraje que habla de la familia, de las apariencias, de la confianza en uno mismo... Una suerte que cierra un ciclo de hombres lobos, vivencias personales y pasiones cinematográficas.

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